1.
¿En qué país he estado y en qué centro?
El
país en el que he realizado las prácticas es Bélgica, la ciudad en
la que estaba mi escuela era Bruselas y el nombre de mi centro de
educación infantil fue “Ecole Europeenne Bruxelles III”.
2.
¿Qué tal la integración en el país?
Los primeros días te sientes
rara ya que estás muy lejos de tus seres queridos, todo se hace un
poco complicado pero cuando te adaptas al ritmo de vida de Bruselas
todo se hace más fácil.
La
comida era bastante cara y sobre los idiomas, no hay ningún problema
ya que puedes hablar inglés o francés perfectamente pues la mayor
parte de los belgas saben hablar los dos idiomas.
3.
¿Qué diferencias encuentras entre la forma de trabajar y el tipo de
trabajo en
España y en tu centro Erasmus?
En
las clases españolas en las que estuve no encontré mucha diferencia
con respecto a las clases que se dan en España, pero en las clases
de francés era todo muy diferente pues los niños tenían más
libertad, algunos dibujaban, otros jugaban, otros atendían… no era
tan estricto, es decir, tenían un currículo diferente al de las
clases españolas.
4.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Fundamentalmente
conocer Bruselas en sí, el centro es muy bonito y me llamó mucho la
atención que se pudiera beber alcohol en mitad de la plaza, toda la
gente sentada y los turistas paseando. Los parques son preciosos, son
mi lugar favorito. En definitiva, hay muchos sitios bonitos que
visitar en Bruselas.
Conocí
muchas ciudades de alrededor como Londres, Dublín, Ámsterdam, París
y me recorrí Bélgica de arriba a abajo.
5.
¿Consideras la experiencia positiva o negativa? ¿Por qué?
Positiva,
ya que gracias a ello te haces más responsable, aprendes a ser más
autónoma, te desenvuelves mejor en los idiomas. Además cuando estás
con los niños/as el día se te hace menos pesado porque siempre te
hacen sacar una sonrisa por muy mal que estés ese día.
6.
¿Qué aconsejarías a futuros Erasmus en prácticas?
Sobre
todo, que tengan ganas de conocer mundo, de conocer cómo es la vida
en otros países, sus comidas, sus costumbres, sus horarios y que
empiecen a repasar los idiomas, ya que son indispensables para
relacionarte allí.
Buscar piso con bastante antelación,
ya que es complicado encontrarlo desde España y menos por internet,
ya que te pueden estafar. Es mejor que vayan a ver el piso allí
antes de alquilarlo.
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Burros, canoas, raquetas de nieve,llanuras interminables que atravesar, recorridos peligrosos en mitad de conflictos o caminatas por barrios marginales donde la seguridad es un bien escaso. Estos son los medios que deben utilizar y los peligros que se ven obligados a sortear para acceder a ese derecho universal que se llama educación y que tantas veces pasa por las vidas de los escolares sin que se le dé la importancia que merece.
No es el caso de los pequeños de las imágenes que pertenecen a la exposición Caminos a la escuela, en las salas de la Fundación Canal en Madrid a partir del 24 de septiembre. Ellos viven en el asentamiento chabolista de Kibera en Nairobi. Como muchos millones de chavales, saben que el camino a la escuela es solo el primer paso del esfuerzo que realizan para aprender. Son conscientes de que en ese recorrido diario se encuentra su oportunidad de un futuro mejor. 
