PINTACSONIC EL PRIMER TALLER-GUARDERÍA EN UN
AUDITORIO DE MÚSICA CLÁSICA.
La
iniciativa ha sido promovida por la Orquesta de España para que los
padres puedan acudir aun concierto, mientras sus hijos también se
acercan, a su, manera a este tipo de música.
¿De qué
color es la música de Chaikovski? Para algunos puede resultar verde,
para otros roja... Esta es una de las actividades que forman parte de
Pintasonic, el primer taller-guardería que realiza en España una
orquesta.
La
propuesta, ideada por la Orquesta
y Coro Nacionales de España,
tiene como objetivo acercar la música clásica a los niños,
relacionándola con
distintas disciplinas artísticas -la
pintura, la danza...-. Pero también mantenerlos ocupados mientras
sus padres, un piso más arriba, realizan su propia aproximación a
este género.
Así,
padres e hijos (entre 3 y 8 años) vivieron el pasado fin de semana
una experiencia diferente en
el Auditorio Nacional. Compartieron
tiempo de ocio, pero en espacios y con actividades diferentes. El
único nexo común fue la «Quinta
sinfonía» de Chaikovski.
La
experiencia es doble, pues los adultos, la gran mayoría de ellos no
asistentes habituales a este tipo de espectáculos, no acuden a un
concierto convencional sino a una propuesta cuyo objetivo es
facilitarle, a través de una
pequeña charla de unos 15 minutos,
información sencilla para comprender cómo fue compuesta la
partitura. Luis
Ángel de Benito es
el encargo de explicar, asistido por una gran
pantalla(desde
la que se puede ver durante un instante cómo estas los niños), la
estructura y los temas de una partitura que sonarán minutos después
interpretada por los músicos de la ONE, bajo la batuta de Rafael
Payare.
Mientras
esto sucede en la sala grande, en el piso inferior casi ochenta
niños, divididos en cuatro grupos (supervisados por cuatro
educadores y dos músicos), escucharán también la música de
Chaikovski pero en dosis más pequeñas. Javier,
con la trompeta,
y Virginia,
con la viola-«la
mamá del violín, que tiene un sonido más grave»-, interpretarán
pequeños fragmentos mientras les explican las partes de cada
instrumento. «¿Con qué se toca la viola?», pregunta Ana
Hernández, coordinadora
del taller. «Con el arco», contesta uno de los niños. «Que está
hecho con crines de caballo», amplía Ana. También se puede tocar
con los dedos. «Eso
es el pizzicato», ataja una niña.
¡Qué nivel!
Para
algunos esta es la segunda vez que acuden a este taller-guardería
(que dura
alrededor de una hora,
y que está sincronizado con el concierto de sus padres), por lo que
son ya veteranos. Varios son hijos de músicos, y por ello este
universo no les resulta ajeno. No le sucede lo mismo a Carmen,
madre de Jerónimo de tres años.
«Yo he venido para introducir al niño en la música -explica- y
retomarlo yo también, aunque no tengo muchos conocimientos. Me
parece una iniciativa estupenda y
hay un ambiente muy simpático. La duración además es perfecta».
Jerónimo también ha disfrutado de la experiencia. «¿Te gustaría
volver?», le preguntamos. «Sí», contesta sin dudarlo. Él podría
formar parte del público del futuro.
La
iniciativa ha tenido tanto éxito que a
asistencia se ha triplicado en
el segundo taller-guardería. Todavía quedan dos más, combinados
con el programa «Descubre...», los
días 22 de marzo (con
la «Quinta» de Beethoven) y el
24 de mayo(el
«Réquiem» de Mozart).
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