jueves, 5 de junio de 2014

Riesgos y accidentes infantiles.


Los accidentes infantiles representan un importante problema de salud pública. Según Unicef, más de 2 0.000 menores entre 1 y 4 años mueren cada año por accidente en los países más ricos del mundo.



La Organización Mundial de la Salud propone la siguiente definición: «acontecimiento fortuito, generalmente desgraciado o dañino, o acontecimiento independiente de la voluntad humana, provocado por una fuerza exterior que actúa rápidamente y que se manifiesta por un daño corporal o mental».



RIESGOS INFANTILES.

  • Los niños de 0-4 años están descubriendo el mundo y  poseen un afán por tocar, probar, investigar… Hay que ser especialmente cuidadosos en casa ya que la mayoría de los accidentes a esta edad se producen en el hogar. Dentro del hogar, los lugares más peligrosos son la cocina y el baño. Los accidentes mortales más frecuentes son por quemaduras y ahogamientos.
  • De 5-9 años es una edad en la que son capaces de realizar muchas más actividades, pero siguen sin ser conscientecareciendo de los peligros a su alrededor. Pero ahora estos empiezan a entablar amistades, comienzan a jugar con otros niños en parques, zonas de ocio y demás. Entonces es muy importante recalcar ciertas normas y concienciarlos para que utilicen las protecciones adecuadas para la actividad en curso. Las principales lesiones son por traumatismos y heridas.
  • De 10-14 años ya estamos hablando de niños que no paran de absorber conocimiento y cometen el error de confiarse ante la repetición de las actividades anteriormente nombradas. El deporte es donde se producen la mayoría de accidentes,  es importante la concienciación de la práctica del deporte con control y con valores, generalmente entre los niños de esta edad están constantemente midiéndose a ver quién es el que tiene menos miedo, quien es el más fuerte, quien es el mejor, lo que se traduce en que los niños tiendan a forzar o a tener actitudes poco deportivas. Los traumatismos y heridas vuelven a ser los protagonistas.
¿Cómo prevenir accidentes?

  • Las caídas y golpes: hay que tenerlo claro, los chichones, brechas y magulladuras forman parte intrínseca de la naturaleza infantil, pero, en la medida de nuestras posibilidades, conviene minimizar riesgos desde que son bebés. Y es que una de las primeras cosas que aprenden, por ejemplo, es a darse la vuelta cuando están acostados, por lo no se les debe dejar solos en ninguna superficie en la que puedan rodar y caerse, como vuestra cama, el cambiador o el sofá.
  • Envenenamientos: a los bebés y niños muy pequeños todo les llama la atención, y la única forma que tienen de conocer las cosas es llevándoselas a la boca, así que todo lo que pueda ser peligroso para ellos -como medicamentos, bebidas alcohólicas, productos de limpieza y cosméticos- siempre deben colocarse en alto o en un sitio que les resulte inaccesible, como dentro de un armario cerrado y con cerradura de seguridad a ser posible. Además, los productos de limpieza o jardinería debemos comprarlos con tapón de seguridad, para que aunque den con ellos no los puedan abrir. Y si puede ser que incluyan en su composición sustancias amargantes, que no alteran la eficacia propia del producto, son inofensivos para la salud, pero por su olor y sabor les quitan las ganas a los niños de bebérselos.
  • Quemaduras: conviene siempre recordar que la temperatura del agua de su baño es 37ºC con el fin de evitar que se quemen Las estufas y radiadores deben estar siempre fuera de su alcance y también debemos evitar que los peques entren en la cocina, ya que es la habitación más peligrosa: puede encontrarse con mangos de sartenes sobresaliendo, una plancha encendida, un horno abierto con calor residual y un largo etcétera de potenciales peligros evitables si no lo dejamos trastear por allí.
  • Asfixia, atragantamiento y estrangulamiento: Es difícil, pero tenéis que evitar que los niños jueguen con objetos pequeños (juguetes monedas, pilas de botón…), son un imán para ellos, sobre todo si brillan o son de colores, pues tienden a llevárselos a la boca, con el riesgo de asfixias o atragantamientos que conlleva. Además, tampoco debéis dejar a su alcance bolsas de plástico o similares para jugar.
  • Ahogamiento: nunca dejéis al niño solo en la bañera ni con un recipiente con agua. Un bebé puede ahogarse en veinte centímetros de agua. Un consejo extensivo a las piscinas privadas, origen de la mayoría de los accidentes acuáticos fatales en verano.

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