lunes, 4 de junio de 2018

T.7 7.3.6RETRASO EVOLUTIVO DEL HABLA

TEMA 6
7.3.6 RETRASO EVOLUTIVO DEL HABLA
Introducción:
Las primeras palabras en un niño suelen aparecer entorno  a los 12 y los 18 meses de edad.
Entendemos el retraso del lenguaje como una aparición tardía o un desarrollo con cierto retraso del lenguaje en comparación a otros niños de su misma edad cronológica, que puede afectar a la fonología, la sintaxis, la semántica y la pragmática.
Normalmente los niños con retraso del lenguaje dicen sus primeras palabras a edades más avanzadas, pasados los 18 meses de edad. La dimensión más afectada en estos casos suele ser la de expresión (la fonología), y en menor medida la comprensión.
Para clasificar la aparición tardía de lenguaje o problemas en su desarrollo como retraso del lenguaje se deben excluir otras posibles causas, como por ejemplo un trastorno generalizado del desarrollo, dificultades auditivas o trastornos neurológicos.
Cuando tenemos un niño con problemas de lenguaje debemos diferenciar entre el niño que tiene problemas para expresarse y articular el lenguaje pero con los otros aspectos del lenguaje preservados y un niño con dificultades globales de lenguaje y comunicación. En el primer caso, cuando el problema de lenguaje está centrado en la articulación hablamos de retraso del habla. En el segundo caso, cuando el niño presenta dificultades generales en la comunicación se habla de retraso del lenguaje.
Normalmente los niños con retraso de habla o lenguaje pueden pronunciar sonidos aislados pero tienen dificultades para producir conjuntos de palabras o frases cortas.
Pautas:
A nivel evolutivo, la evolución de lenguaje sin dificultades sigue las siguientes pautas:
·         Entre los 12 y los 18 meses: Aparecen las primeras emisiones de 1 núcleo.
·         Entre los 18 y los 24 meses: Aparecen las primeras combinaciones de palabras con 2 núcleos.
·         Entre los 24 y los 30 meses: Aparecen producciones de 3 núcleos.
·         A partir de los 30 meses: Los niños ya producen frases que siguen la estructura sujeto, verbo y complemento.
En el caso de los niños con dificultades estas etapas no se siguen y aparecen de forma más tardía en la curva evolutiva.
Es importante recalcar, pero, que los niños con retrasos del lenguaje tienen preservada la intencionalidad del lenguaje, la socialización y las habilidades comunicativas, llegando a ser excelentes en algunos casos.
Algunos de los indicadores más claros que pueden indiciar un retraso del habla o del lenguaje son:
·         Poco balbuceo durante los primeros meses de edad.
·         Las primeras palabras aparecen pasados el intervalo de 8-12 meses, alrededor de los 2 años.
·         Si entre los 6 y 8 meses el bebé no hace juegos vocálicos o las respuestas a sonidos del ambiente o la voz no terminan de ser claros.
·         Alrededor de los 3 años y medio, el habla del niño no es entendida por personas que no forman parte del núcleo más cercano.
Algunos de los errores más comunes en los niños con retrasos del lenguaje son:
·         Omisiones de fonemas o de sílabas, sobretodo en posición inicial y final de palabra.
·         Substitución de fonemas o sílabas en palabras.
·         Nivel de vocabulario pobre y dificultad para adquirir nuevas palabras.
·         Lagunas en la comprensión.
·         Dificultades de expresión.
Tabla de signos de alerta de dificultades de lenguaje:
Etapa pre lingüística (0-12 meses)
12-24 meses
·         Succión deficitaria, atragantamiento con líquidos (entre 1-2 semanas).
·         Llanto débil (3-4 meses).
·         No sonríe ante caras o voces familiares (3 meses).
·         No imita o produce sonidos (4 meses).
·         No responde o no se orienta hacia los sonidos o a la voz humana (5 meses).
·         Ausencia de sonidos (5-9 meses).
·         No balbucea (8 meses).
·         No utiliza gestos como “adiós” o “palmitas” (12 meses).
·         Hay poco balbuceo y poca variación de sonidos.
·         Cuando no hay apoyo gestual no hay respuesta a los nombres familiares.
·         No usa gestos para saludar o decir adiós.
·         Ni señala para mostrar o pedir.
·         No responde a su nombre.
·         Prefiere utilizar gestos en lugar de palabras o vocalizaciones.
·         Con 2 años no utilizan expresiones de 2 palabras.

2-3 años
3-4 años
·         Ausencia de palabras simples.
·         Habla ininteligible.
·         No combina dos palabras.
·         Repite lo que se le dice (lenguaje ecolálico).
·         Hay una falta de interacción con los demás.
·         Juego restringido o repetitivo.
·         Dificultades para controlar el babeo.
·         Dificultades de masticación.
·         Cierta frustración en situaciones comunicativas.
·         Habla ininteligible fuera de su núcleo familiar o más cercano.
·         No imita sílabas.
·         Tiene dificultades para emitir frases de dos elementos e incapacidad para usar tres.
·         Falta de adjetivos y pronombres.
·         Incapacidad para expresar lo que está haciendo.
·         No pronuncia la sílaba o la letra final de las palabras.

4-5 años
5-6 años
·         El niño no puede pronunciar bien la mayoría de los sonidos del lenguaje.
·         Hace frases de tres palabras o menos.
·         Omite nexos, pronombres, artículos o verbos en las frases que hace.
·         Tiene un vocabulario reducido y suele utilizar términos como “este”.
·         No responde al ¿qué? O al ¿dónde? Cuando se pregunta por historias familiares.
·         Tiene dificultades para narrar sucesos que le han ocurrido.
·         Persisten las dificultades de articulación.
·         Hace errores en la estructura de las frases.
·         Presenta dificultad en tareas de atención sostenida, como por ejemplo en escuchar un cuento.
·         Dificultad para responder al “qué”, “cuando”, “dónde”, “quién” y “por qué”.
Para tratar a un niño con dificultades de lenguaje es muy importante hacerlo en equipo multidisciplinar, con especial importancia a la generalización de los aprendizajes. En este equipo multidisciplinar es importante la figura del logopeda para estimular el lenguaje y mejorar su producción, el psicopedagogo, los maestros del jardín de infancia o escuela donde va el niño, y la familia.
En las sesiones de logopedia se dedica parte de la sesión a mejorar la fuerza y tensión de los órganos buco-fonadores implicados en el habla, que pueden presentar cierta hipotonía en estos niños, a la discriminación auditiva de sonidos para posteriormente su articulación correcta y finalmente a la estimulación activa del lenguaje.
En el tratamiento de los niños con dificultades de lenguaje es muy importante la colaboración activa de la familia, los profesionales deben enseñarles las correctas pautas de estimulación en casa y asegurarse de la realización correcta de estas, ya que en su entorno natural es donde el niño va a realizar gran parte de sus aprendizajes, y la generalización de los aspectos trabajados en la terapia.
Una muy buena actividad que pueden realizar los padres o el núcleo cercano al niño para fomentar el lenguaje es la narración o lectura conjunta de cuentos, asegurando una correcta comprensión, de manera lenta e interactuando con el niño.
Es muy importante detectar y trabajar las dificultades de lenguaje de forma precoz para así evitar problemas posteriores, ya que sobretodo están muy relacionados con dificultades de aprendizajes posteriores y de lecto-escritura. 
¿Qué es el retraso simple del lenguaje?
Se habla de retraso simple del lenguaje cuando un niño sin ninguna otra alteración aparente, va adquiriendo el lenguaje más tarde que otros de su misma edad.
Es decir, se piensa en un retraso simple del lenguaje si hemos descartado otros problemas que puedan afectar al lenguaje (sordera, déficit motor o cognitivo, trastornos emocionales otrastornos del espectro autista).
Hay otros trastornos del lenguaje que también cumplen el criterio anterior y a lo largo del texto veremos como se diferencian del retraso simple.
En el retraso simple suele estar más afectada la expresión del lenguaje que la comprensión (el niño comprende más de lo que habla).
¿Cómo se manifiesta?
El lenguaje se va adquiriendo más tarde de lo normal, pero en el orden habitual, es decir se desarrolla por los cauces normales, pero más lentamente. Por ejemplo, las primeras palabras aparecen a los dos años, en lugar de al año, que es lo más frecuente. La unión de dos palabras aparece después (“papá coche”) a los tres años, cuando lo habitual es a los 18 meses.
Es decir, en el retraso simple, el lenguaje es más inmaduro, pero éste se va adquiriendo en el orden esperado.
El vocabulario es escaso y se reduce a las cosas familiares de su entorno. Al ser éste más limitado se hace más difícil construir las primeras frases. Esto hace que en las interacciones estos niños tomen un rol más pasivo, esperan a que se les pregunten y contestan con frases más cortas.
La comprensión del lenguaje, aunque de forma menos llamativa, también puede ser inmadura.
El niño comprende las cuestiones concretas y familiares (“dame la pelota”) pero pueden tener lagunas en los conceptos más abstractos (espacio-temporales) o en comprender frases que hacen referencia a algo que no está presente (¿cuando vas de viaje?”).
¿En qué se diferencia de otros trastornos del lenguaje?
El trastorno específico del lenguaje o disfasia es una patología más severa que el retraso simple del lenguaje. En éste el lenguaje se adquiere también más tarde. Pero lo hace sin respetar las pautas evolutivas de la normalidad y sobretodo suele estar más afectada la comprensión del lenguaje que en el retraso simple.
La respuesta al tratamiento es lenta en este trastorno y mucho más rápida en el retraso simple del lenguaje.
De todas formas, incluso para profesionales expertos, al principio puede ser difícil distinguir un trastorno de otro. A veces, lo que inicialmente parece un retraso simple en el lenguaje, con el paso de los años evoluciona como una disfasia. Es importante consultar pronto, pues la evolución es mejor si se interviene precozmente.
¿Cuáles son las causas del retraso simple del lenguaje?
Existe un componente hereditario, puede haber algún familiar que le ocurrió lo mismo.
También puede haber factores ambientales que causen este retraso:
- Si los padres tienen un pobre o inadecuado vocabulario o estimulan poco a su hijo.
- Cada vez son mas frecuentes las familias bilingües. Esto, también pueden causar el retraso.
- Modelos de crianza (sobreprotección) que pueden entorpecer un correcto desarrollo, como son:
·         Anticiparse a las demandas del niño. No darle oportunidad a decir lo que quieren.
·         Mantener hábitos como comer triturado, el uso del biberón o el chupete más allá del año de vida.
·         Actitudes de indiferencia. No prestar atención a las demandas del niño, despreciar sus intentos de dialogar o ridiculizar sus errores al hablar.
Es importante fomentar la autonomía personal y social del niño.
Por último, otros problemas familiares como situaciones conflictivas o críticas pueden contribuir a un retraso en el lenguaje.
Me dicen que no tiene importancia ¿es verdad? ¿Qué pronóstico tiene este trastorno?
El pronóstico depende de cada caso, aunque suele ser favorable (la mayor parte mejoran antes de los seis años). A pesar de ello, no podemos olvidar que son niños que tienen un ligero riesgo de tener dificultades de aprendizaje, principalmente relacionadas con la lectoescritura.
El retraso simple del lenguaje se asocia en ocasiones a cierta torpeza motora, sobretodo problemas de coordinación en la motricidad fina, en el establecimiento de la lateralidad y en la adquisición de conceptos como colores, formas y espacio-temporales.
El retraso simple del lenguaje puede ocasionar baja autoestima y dificultades en la relación con otros niños, que pueden llevar al aislamiento.

¿Qué puedo hacer si mi hijo tiene retraso simple del lenguaje?
·         Proporcionar modelos adecuados: vocalizar adecuadamente, no hablarles muy deprisa, evitar vocabulario infantil (ej. “papes” por zapatos).
·         Es aconsejable que vaya a la guardería.
·         En casa debemos fomentar el diálogo, respetando su tiempo y modo de emisión. Mantener conversaciones como práctica habitual y agradable, adaptándonos siempre a su nivel comprensivo. Leerles cuentos con imágenes ayuda a ampliar su vocabulario. Introducirlos en canciones infantiles puede ser un buen modo de iniciarlos en la repetición verbal.
·         Completar indirectamente sus frases, completándolas con las palabras que ha omitido (ej. niño dice “papá pelota” y el adulto verbaliza “sí, papa juega con la pelota”.
·         Cambiar sus expresiones incorrectas (e. niño dice “se ha rompido” y su madre corrige de forma indirecta “si, se ha roto"). Deben evitarse los mensajes dirigidos al niño del tipo “así no se habla”, “habla bien”. Optar por, simplemente, proporcionarle los modelos correctos.
·         Promover la autonomía personal del niño. En cuanto a hábitos alimentarios, dejar de usar el chupete, el biberón y comenzar si aún no se hizo, con alimentos enteros.

·         Siempre se debe consultar con el pediatra. El valorará si debe ser derivado a un Centro de Atención Temprana o Logopedia.

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